domingo, octubre 30, 2005

Ayer estuve en ...

una concentración en contra del genocidio que está efectuando en la frontera entre España y Marruecos. Eramos pocos, me hubiera gustado ver más gente allí.
Me duele pensar en las esperanzas que tenía esa gente de poder cruzar el estrecho, llegar aquí y tener un buen trabajo (al menos asi es como creo que lo ven muchos de ellos, aunque luego la realidad es mucho más dura), las esperanzas de poder enviar dinero dinero a sus familias, que viven en un África expoliada desde hace tanto tiempo que ya no se recuerda que antes era una tierra rica y fértil, antes de que el hombre blanco arrasará hasta la vida que allí crecía.
Esas esperanzas que fueron rotas por una bala o un paliza de quienes quiera que fuesen, gente que ha perdido su humanidad.
Me gustaría decirles a los que quieren cruzar para poder llegar a un país donde en teoría no se violan sus derechos y despues de la crudeza de su viaje, que aunque muchos no lo hagan, somos muchos también los que les damos la bienvenida; y no es solidaridad, es que la gente que ha sido capaz de llegar hasta tan lejos solo por un sueño, no es gente corriente, es la gente que necesita el mundo para poder cambiar y es un honor tenerlos entre nosotros.